Los conceptos de “sexo” y “género” no son sinónimos. Nos referimos al “sexo” cuando describimos características biológicas de mujeres y hombres, que están relacionadas con la información contenida en los cromosomas, las hormonas sexuales y sus efectos sobre los diferentes órganos. En cambio, el “género” se refiere al papel determinado a nivel social y cultural que establece distintos estilos de vida, alimentación, gestión del estrés o diferentes actitudes frente a las enfermedades entre hombres y mujeres.
El sexo biológico influye en el control de los factores de riesgo cardiovascular (FRCV), la progresión de la DM y el desarrollo de las complicaciones. Por otro lado, hay determinantes sociales que hacen que las mujeres con diabetes tarden en identificar la enfermedad y demoren la atención sanitaria, recibiendo tratamiento de forma más tardía con peor respuesta al mismo, por lo que la diabetes en ellas está peor controlada.»
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