«Personas de todas las edades y capacidades con diabetes mellitus tipo 2 (DM2) pueden mejorar su calidad de vida mediante la realización de un programa de ejercicio físico bien diseñado ya que mejora los niveles de glucosa en sangre y la presión arterial, aumenta la sensibilidad a la insulina, disminuye los lípidos en sangre, ayuda a reducir la grasa corporal y a mantener la funcionalidad muscular y reduce la ansiedad, aumentando la autoestima y haciendo que nos sintamos y nos veamos mejor. 

Los programas de ejercicio físico en pacientes con DM2 deben tener en cuenta el contexto personal y su escenario patológico, pero también ser atractivos para maximizar la adherencia a largo plazo tanto al ejercicio físico como a un estilo de vida activo. 

Se deben tener en cuenta el estado inicial del paciente, los objetivos, el tiempo disponible para la realización de ejercicio físico y los recursos materiales y de espacio.

En el programa, se concretarán sesiones de entrenamiento de fuerza y de resistencia de forma independiente o conjunta, priorizando para una mayoría de personas con DM2 sesiones de ejercicios de fuerza de piernas con el propio peso corporal, realizados con método de circuito y procurando comenzar con una frecuencia mínima de dos a tres días alternos a la semana para, posteriormente, incluir sesiones independientes de resistencia cardiorrespiratoria, preferiblemente monitorizando la intensidad mediante la frecuencia cardíaca y/o la utilización de Escalas de Percepción de Esfuerzo.»

Felipe Isidro Donate 

Catedrático de Educación Física, Instituto Internacional de Ciencias del Ejercicio Físico y Salud (IICEFS)