«Los avances tecnológicos han remodelado progresivamente el panorama de la atención de la diabetes. En los últimos años, hemos sido testigos de un crecimiento exponencial en el uso de bombas de insulina integradas híbridas de circuito cerrado. Los datos indican que este avance singular se ha traducido en un mejor control glucémico en la población con diabetes tipo 1 (DT1) (1). Sin embargo, el artículo de Ebekozien et al mostró que solo el 35% de las personas con DT1 usaban un sistema híbrido de circuito cerrado. Adicionalmente, este tipo de tecnología es extremadamente inusual en aquellos con diabetes tipo 2 (DT2). Esas cifras son aún más bajas fuera de los países desarrollados. Sin embargo, la integración completa de la monitorización continua de la glucosa (MCG) y los datos de la terapia con insulina es un caso de éxito que debería ser el modelo para otros regímenes de administración de insulina.»
Fernando Gómez-Peralta(1), Cristina Abreu(1), Cristina Tejera-Pérez(2).
(1)Unidad de Endocrinología y Nutrición, Hospital General de Segovia.
(2)Servicio Endocrinología y Nutrición, Complejo Hospitalario Universitario de Ferrol, A Coruña.
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