«El diagnóstico de diabetes y la carga continua que
supone la enfermedad causan importante estrés
psicológico a pacientes y familiares. A ello hay que
añadir el riesgo de aparición de complicaciones
a largo plazo, si no se consigue un buen control
metabólico.
Los avances tecnológicos en los sistemas
de liberación de insulina y la monitorización de la
glucosa han permitido optimizar el control glucémico
del paciente con diabetes tipo 1, mejorando su calidad
de vida.
En la última década, estos avances han sido
muy significativos y comprenden la utilización de:
calculadores de bolos para ajustar la dosis de insulina
a la ingesta y para las correcciones; plumas inteligentes
para pacientes tratados con múltiples dosis de insulina;
bombas para la infusión continua de insulina; y
sistemas de monitorización continua de glucosa, a lo
que se van añadiendo sistemas que asocian ambos con
una liberación automática de la insulina, como son: los
sistemas con parada por predicción de hipoglucemia
y los de asa cerrada híbridos.
Para sacar los frutos de
esta tecnología, sigue siendo fundamental la educación
diabetológica para pacientes y cuidadores, así como
hacerla extensiva a pediatras de Atención Primaria para
optimizar el tratamiento»